EL FUTURO DEL RECICLADO DE PLÁSTICOS

Andrés Parreño

El sector de reciclado de plásticos tiene una característica que lo diferencia de otros sectores industriales: su escasa correlación con la Economía General. Es significativo que, mientras el crecimiento del sector en 2014 en relación a 2013 ha sido del orden del 10%, el PIB no alcanzó a crecer el 1% y el entorno más cercano al sector, el consumo de plásticos comerciales, solo lo hizo el 5%.

Estas observaciones nos permiten considerar que estamos en un sector anticíclico, cuyo mercado, a diferencia de otros de uso y consumo corriente, no se ve directamente afectado por la marcha de la economía, dentro de ciertos límites.

Sin embargo, ni la anterior consideración ni el elevado crecimiento del último año nos permiten predecir un futuro necesariamente esperanzador. La evolución normal de los sectores se ajusta naturalmente a la curva siguiente.

Como ya tuve ocasión de hacer notar en la I Jornada Anarpla-Ecoembes de septiembre de 2014, el sector se encuadra en la fase de MADUREZ, a la que normalmente sigue la fase de OBSOLESCENCIA o DECLIVE, salvo que se hagan incidir esfuerzos significativos que inviertan la tendencia de la curva. Un importante detalle es que las empresas están solamente al 60% de su capacidad de producción instalada.

Es muy significativo que en el periodo 1999-2014 el crecimiento medio anual del sector ha sido del 9’04%, pero sin la incidencia del reciclado procedente del envase doméstico, con un crecimiento medio anual del 21’30%, el resultado hubiera sido solo del 4’06% en 15 años; es decir, sin el efecto SIG Ecoembes los resultados hubieran sido bastante mediocres.

Para lograr esa incidencia radical en la evolución futura del sector no se puede seguir confiando en el binomio MERCADOS TRADICIONALES-DIFERENCIA DE PRECIOS con los materiales vírgenes. Será imprescindible la búsqueda de nuevos mercados y el acercamiento de las características de prestaciones y calidad a los de dichos materiales vírgenes, así como conseguir ser sustitutos de otros materiales no plásticos.

En definitiva, es absolutamente necesario para asegurar el futuro un intenso y amplio programa de actuaciones en I+D+i, impulsado por el sector y fuertemente apoyado por las Administraciones Públicas y todos los agentes involucrados, asociaciones empresariales, universidades y centros tecnológicos.